En ese sentido existen miradas que afirman que es importante sensibilizar a la ciudadanía, pues cuando se habla de maternidad no se toma en cuenta todo el proceso desde el embarazo, parto y postparto, sin mencionar la crianza hasta la primera infancia; lo cual genera grandes cambios físicos, hormonales y emocionales.

Asimismo, refieren que entre los factores que genera estrés, ansiedad y depresión, esta la falta de empatía en la familia y pareja en el caso de tenerla, la economía inestable, la presión social, pero sobre todo la idealización de la maternidad colocando a las mujeres en una situación asfixiante ya que debe cumplir con mandatos y roles sociales en otras palabras “ser perfecta”.

En definitiva, tomando en cuenta que entre el 50 y 80% de las mujeres sufren “tristeza posparto” a nivel mundial, sumado a esto el menosprecio por esta difícil tarea que las acompaña toda la vida, debemos visibilizar el tema, fortalecer el nivel de bienestar haciendo a un lado la angustia, recibir un acompañamiento psicológico rompiendo los prejuicios y saber que amarse es darse tiempo para ellas, pero lo más importante reconocer que ser madre no significa dejar de ser mujer.

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